- ¿Por qué has llegado tan tarde?
Es la pregunta que me hace todo el mundo hoy. Son las 9 de la noche del sábado y estoy inmerso en mi primer botelleo Erasmus. Brad, mi único compañero de piso por ahora, trajo un amigo a cenar, y un rato después fue llegando gente hasta llegar a 12 personas, entre las que hay 6 canadienses, 3 polacos, 2 yankees y yo, casi todos estudiantes que han venido a Maastricht porque su universidad tenía un programa de intercambio con la de aquí. Y como llegaron a la vez y llevan ya varias semanas juntos, les resulta rara esta nueva incorporación. Pero no parece importarles. Algunos se ríen un poquito al ver cómo sufro explicándoles mi situación o contestando a alguna pregunta sobre España, de las muchas que me hacen. Me siento terriblemente torpe y cansado, porque llevo en pie desde las 4 de la mañana. Y sin embargo, me gusta lo que está pasando, yo vine aquí justamente para esto. Antes de las 12 ya se han ido todos a seguir la marcha fuera, y a mí me queda toda una noche por delante para recuperarme del primer asalto.
Al día siguiente se repite el guión. Hoy estoy más descansado, pero eso no es suficiente, ni mucho menos, para integrarme en las conversaciones del salón durante la noche. Aun así, gasto bromas con ellos, jugamos a algún jueguecillo tonto con los tercios de cerveza en la mano y luego salimos todos juntos. Resulta que he llegado en la época más intensa de fiestas (algunos dicen que la única) de la ciudad, el Carnival. De sábado a martes, todo el mundo va disfrazado - mis nuevos colegas también, ¡y yo sin pilas en la cámara! -, y hay música y cerveza de sobra en las calles del centro. Y hoy domingo todos nos recogemos tremendamente tarde, que viene a ser sobre las 3 de la mañana.
A partir del lunes, la cosa se va tranquilizando. Simon y Brandon, dos de los canadienses, vienen a comer al piso los dos días. Les he contado que me gusta jugar al ajedrez y Brandon viene a jugar conmigo el lunes, pero después de dos partidas me sonríe y dice: "tío, hoy no es mi día, busquemos otro juego". Son los dos que más tiempo dedican a hablar conmigo por ahora, ya que yo estoy en fase de timidez absoluta y raramente inicio una conversación. Simon incluso me ha conseguido una tarjeta telefónica y me ha ayudado a cargarle saldo antes de irse unos días a Bélgica con los demás. El número es facilito, yo creo que se os queda, es el 0049 0644027220.
jueves, 18 de febrero de 2010
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