lunes, 19 de julio de 2010

Secuelas del Mundial


Domingo 11 de julio, 14:30 horas. Brad ya ha terminado su lunch y está en un pub con unos amigos, más nervioso de lo que esperaba por la final del Mundial de Sudáfrica. Ha conseguido convencer a su pandilla de que el soccer no es un deporte tan aburrido ("en Europa la gente lleva un mes alucinando con esto, tíos"). En cuanto al bando, Brad les ha explicado cómo están las cosas a sus colegas yanquis: si gana Holanda es bonito, porque él ha estado viviendo allí varios meses, pero no hay ningún beneficio tangible; en cambio, si gana España, su compañero de piso en Europa tendría que peregrinar a Norteamérica para cumplir una apuesta. Así que, chicos prácticos como son, todos apoyan a España desde el primer minuto, sufriendo casi tanto como nosotros con el juego duro de los holandeses y con el acercamiento progresivo de los temibles penalties sin novedades en el marcador... Y, casi como españoles, terminan celebrando el resultado final y coreando el nombre de Iniesta con un acento muy poco manchego.

----

Sinceramente, no albergaba grandes esperanzas de que los acontecimientos se desarrollasen de esta manera. Corrían los octavos de final, los Estados Unidos acababan de ser eliminados y Anthony, que había visto caer a las primeras de cambio a su amada Italia, me lanzó un desafío directo: ya que mi selección era la única que quedaba viva, ¿por qué no ir a Canadá si ganábamos el Mundial? Yo acepté con la expectativa de que eso nunca ocurriría (somos España, tío, siempre nos pasa lo mismo), y con la ilusión de que, si este equipo realmente fuera capaz de hacer realidad nuestro sueño, entonces merecería la pena de sobra gastarse un dineral para celebrarlo. Y si ese desembolso suponía además visitar uno de los países que tenía en mi lista como pendientes - una lista muy larga, necesito muchos años de trabajo para tacharlos todos - y reencontrarme con cuatro de los mayores culpables de que ya considere el 2010 como el mejor año de mi vida..., ¿qué demonios? ¡A por ello!

Y a todo lo anterior podría añadir que me moría por encontrar nuevas peripecias que añadir a este blog...

2 comentarios:

  1. Ya te queda menos para ir...:)
    Desde luego si hay alguien que se tome enserio las apuestas, ese eres tú,jaja

    xxx

    ResponderEliminar
  2. Tengo que dejarme esto de las apuestas, va a ser mi perdición, jeje. Muak!

    ResponderEliminar