domingo, 7 de marzo de 2010

Viaje a Leiden

Después de tres semanas aquí, ya iba siendo hora de salir a ver algo más. Llegamos a Leiden el viernes por la noche, y en la estación nos esperaban Laura y un viento gélido que ya no nos abandonaría en todo el fin de semana. Leiden es una ciudad más moderna que Maastricht, pero el casco antiguo no está mal, con calles empedradas y varios canales por los que fluye el agua del Mar del Norte. También tiene una antigua iglesia sabiamente reconvertida en cervecería, y seguramente muchas otras cosas interesantes que yo no tuve tiempo de visitar.

El sábado por la mañana fuimos a Den Haag (La Haya, la del tribunal de la ONU). Es una ciudad señorial y bastante turística, más de lo que yo esperaba. No os dejéis engañar por las fotos, hacía un frío de mil demonios. Eso sí, merece la pena pasear sin prisa por el centro, con grandes parques, dos palacios y muchas mansiones que bien podrían serlo; y si tenéis tiempo y os gusta, también tiene su encanto entrar a las galerías de pintura y fotografía en las que los precios oscilan entre 800 y 35000€. Brandon es un tipo vital, entusiasta y con ganas de llevarse de Europa muchos recuerdos en su diario y en su cámara de fotos, de la cual yo voy sacando algunas imágenes para ilustrar un poco el blog. Después de un extenso rastreo, había localizado a través de Google Earth unos búnkers de la Segunda Guerra Mundial en la playa de la ciudad, así que también nos acercamos allí.

A las 18h estábamos de vuelta en casa de Laura. Brandon y yo estábamos bastante cansados después de caminar todo el día y de ir los dos en una sola bici en el trayecto de la casa a la estación. Además, él tenía que terminar un trabajo, yo quería dormir en una cama esa noche y a Simon no le importaba que le dejáramos solo, así que decidimos coger el tren de las 10. Tuvimos que volver andando para coger el tren que nos llevara a Amsterdam. Cuando llegamos a la capital, el tren hacia Maastricht se retrasaba media hora por algún motivo que no entendimos, pero que nos permitió dar una vueltecita por la ciudad. El Barrio Rojo queda sospechosamente cerca de la estación, y aquel sábado a las 23h olía a marihuana por todas partes mientras las prostitutas bailaban en los escaparates y los caballeros se tropezaban unos con otros por la calle pidiéndose disculpas en todos los idiomas.

Debíamos llegar a Maastricht a la 1:30h, pero el tren se paró una hora antes en Eindhoven y nos hicieron bajar. Allí nos aguardaba una desagradable sorpresa: por problemas técnicos, no podíamos viajar a nuestro destino hasta las 6:30h. Brandon y yo nos lo tomamos con el mejor humor posible y, tras callejear un poco, acabamos en el Grand Café Centraal pidiendo chocolate para entrar un poco en calor. Es un sitio encantador para ir a tomar algo, y tiene un par de mesas algo apartadas donde puedes echar un sueñecito si has perdido el tren y tienes un compañero que se mantenga despierto. Si hasta tiene página web, jeje http://www.centraaleindhoven.nl/

El único lunar que le veo al sitio es lo de cerrar a las 3:15. La estación no abría hasta las 6:30, así que aún encontramos un kebab en el que guarecernos hasta las 4 y, desde entonces..., imaginación. Después de quedarnos un rato en un bulevar hasta que unos tipos raros aparecieron intentando vendernos una bici robada y preguntándonos cosas a las que no queríamos responder, acabamos a las 5 de la mañana en una terraza frente a la estación, sentados en un sillón de mimbre de dos plazas que afortunadamente el camarero se había olvidado de recoger aquella noche. Para entonces, yo llevaba puestos dos calcetines, dos pantalones, 3 camisetas y 3 jerseys, y le había dejado a Brandon otra sudadera que llevaba por casualidad conmigo. Espalda con espalda, se hicieron las 6:30, y después de esperar hasta las 8 por otro oportuno cambio de combinación, emprendimos el camino de regreso a casa con la eufórica sonrisa que se refleja en la última foto.

Cuando ya casi hemos llegado a nuestra calle, me pregunto a mí mismo en voz alta por qué simplemente no nos fuimos a un hotel a pasar la noche. Brandon opina que no habríamos encontrado nada, y de haberlo hecho habría sido realmente caro. Yo opino que, si lo hubiéramos hecho así, su diario y mi blog se habrían quedado un poco sosos este fin de semana. ¿Qué opináis vosotros?

8 comentarios:

  1. yo opino que donde este la aventura...:)Yo habria exo lo mismo, ya te mandare una de mis aventuras x Londres, jeje, es uno de los emails que mande antes de incluirte en mi grupo de cntactos;) UN BESITO

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  2. ¡Hazlo, por favor! Sí, si descontamos la hora y media que nos pasamos acurrucados como indigentes frente a la estación, el resto no estuvo mal...

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  3. Yo hubiera pasado la noche donde las señoritas esas que bailan...

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  4. Qué aventura. No, si cuando los trenes dicen de hacerte bullying, lo hacen! Jeje.
    Pues ya cambiaremos impresiones de Leiden y Den Haag.. Creo que hemos visto dentro de los dos sitios, lugares distintos :)
    Oye, para cuándo algo sobre Maastrich? Qué te parece???

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  5. Me parece bien lo del cambio de impresiones. Mmm, algo sobre Maastricht, sí, no estaría mal, jejeje...

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  6. ¡Queremos algo de Maastricht ya!!! :))
    A lo mejor esta noche te doy una sorpresa :)

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  7. Oye... ya no me espero a esta noche, q está resuelto. Que nos vemos en Maastricht! :)

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  8. ¡Olé! Sí señor, eso es una buena sorpresa. De todos modos, nos veremos antes por la uni si estás en Semana Santa. 1abrazo

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